Nace en Bogotá, provincia de Cundinamarca, Colombia el 8 de enero de 1949.
En 1972 culmina la carrera universitaria que eligió por vocación, Licenciatura en Jurisprudencia, en el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario, fundado en 1653, y en 1973 trabajó durante un año como asistente en el Departamento de Reclamos y seguros en la Flota Mercante Gran Colombiana, que operaba entre Venezuela, Colombia y Ecuador. El año siguiente terminó su tesis “Estudios sobre el conocimiento de embarque”. En realidad, el contrato de seguro marítimo.
En 1975 ingresa en el Departamento Jurídico de la Nacional de Seguros, donde al poco tiempo fue nombrado Jefe del Departamento de Seguro de Transportes.
En la década de los 80 prestó sus servicios en Seguros Colombia y, ya como Jefe de Reaseguros, en Seguros Bolívar. En 1991 es nombrado Vicepresidente Técnico Comercial de la Reaseguradora Hemisférica, compañía adquirida por MAPFRE RE ese mismo año. En 1996 se traslada a Brasil para trabajar en la oficina de MAPFRE RE, regresando a Colombia en 2000 como Gerente General.
En 2009 Jorge cumple 34 años en activo en el mercado de seguro y reaseguro.
"El mercado de seguros en Colombia ha madurado mucho en los últimos años,
aunque queda camino por recorrer"
Después de haber trabajado en varias compañías
aseguradoras en Colombia ¿Cómo ves
el mercado de seguro directo en tu país? ¿Crees
que se ha alcanzado la madurez?
Indudablemente, nos falta mucho camino por
recorrer, pero se ha madurado mucho durante
esta última década. El mercado en Colombia ha
seguido un proceso de concentración. Hemos
pasado de tener 36 a 27 compañías de seguros,
principalmente por fusiones y cese de operaciones.
Asevalle se fusionó con Bolívar. Liberty es
el resultado de la unión de Skandia, Colmena,
Latinoamericana y ABN. La antigua Inmobiliaria
de Seguros, dedicada a vender seguros de arrendamiento,
es ahora un departamento de Seguros
Bolívar. Y aunque las compañías aseguradoras
extranjeras siempre han existido en Colombia,
no eran muy importantes ya que se concentraban
en unos nichos de mercado muy particulares.
Chubb está en Colombia desde 1959, AIG desde
1950 y Royal desde 1937.
¿Cuáles son los principales eventos de mercado
y conferencias regionales que dan la
oportunidad de encontrarse con los distintos
actores?
Antes de contestar a esta pregunta tan formal
me gustaría hacer un comentario sobre una
reunión anual, muy informal. Tenemos una
“asociación de ex-ejecutivos de Seguros
Bolívar” de los años 80, que se reúne el último
viernes del mes de noviembre de todos los
años, día en que además de ver a los amigos, se hacen negocios y se analiza la evolución
de nuestro sector.
En cuanto a eventos del negocio, existe un encuentro
anual de Fasecolda, que se hace en la
bellísima ciudad de Cartagena de Indias en dos
fechas diferentes, dependiendo de si se trata de
un año par o impar o mejor dicho, si hay Evento
FIDES o no. Tradicionalmente, Fasecolda convoca
en octubre o noviembre, pero los años que
hay FIDES lo hace en mayo.
¿En Latinoamérica se puede hablar también
de globalización del seguro, al igual que en
Europa? ¿Qué grandes grupos hay?
En Colombia están varios de esos grupos: Allianz,
ACE, Generali, Liberty, MAPFRE, Royal, aunque
no está aquí asentada por ejemplo Zurich. Pero
sí hay un mercado totalmente globalizado. Yo
diría que en Colombia las primas extranjeras a
diciembre de 2008 representan el 45% del mercado
colombiano.
¿Las personas que trabajan en las nuevas compañías
de seguros se forman en alguna escuela
especial o reciben una preparación genérica al
trabajar en una aseguradora?
Considero que se dan ambas circunstancias,
aunque la gran mayoría acaban siendo profesionales
con formación genérica. Existen escuelas
formales como el Politécnico Gran
Colombiano que tiene una Facultad de Seguros.
Hay mucha gente que adquiere experiencia
con el trabajo del día a día y que son formados
en las distintas compañías. Para el
caso colombiano, las de mayor tradición son
Bolívar y Suramericana.
¿Qué opinas de las agencias de calificación?
En el año 1991, cuando yo estaba en Reaseguradora
Hemisférica, no eran unos actores
tan determinantes del mercado financiero ni
asegurador. Después de los problemas que
hubo en los años 1993, 1994 y 1995 y que el
drama se volvió a repetir en el año 2001 y 2002,
cuando hubo esos baches o dificultades en
las industrias o en el sector financiero en
general, las agencias de rating cobraron más
importancia.
La legislación de seguros en Colombia, ¿en qué
situación está? ¿Cómo hemos llegado hasta
aquí?
La legislación de seguros colombiana es una
legislación avanzada. Tenemos desde el año
1991 un mercado competido, de tarifas y productos
libres que cumplen con los requisitos
del Código de Comercio. En la época anterior,
para que aprobaran una tarifa, tenían que pasar
uno o dos años y para entonces, ya no servía
para nada. Creo que la actual Superintendencia
Financiera, que es la unión de la anterior Superintendencia
Bancaria y la anterior Superintendencia
de Valores, ha conseguido ser uno
de los organismos reguladores de seguros
mejores que hay en la región. La legislación de
seguros en Colombia está muy actualizada y
siempre toma las referencias exteriores más
adelantadas, tal es el caso de Europa con la Solvencia II. Si tomamos la región de América
Latina, es probable que Colombia sea uno de
los países más desarrollados, junto con México
y Chile. Es una opinión personal.
El terremoto anunciado no ocurre aún. Ya existen
modelos de terremoto para Colombia. ¿Cómo
ves que esto pueda evolucionar?
Indudablemente por más estudios técnicos
que haya y que digan que la tarifa de terremoto
debe ser de “x” o “y”, si hay capacidad de
reaseguro y si hay negocio, la tarifa se resiente.
No siempre se cobra lo que se debe. Si lo que
quieres saber es si la tarifa de terremoto
técnica es la adecuada en Colombia, no la hay
porque va de la mano del mercado duro y
blando. Por tanto, será más cercana a lo
técnico en el mercado duro y bastante más
alejada en el mercado blando.
¿Lo mismo pasa en riesgos industriales?
Sí. Siempre hay más capacidad de reaseguro en
situación de mercado blando. No hemos llegado
a niveles muy bajos en Colombia, ya que nunca
han estado por debajo del 1 por mil, lo cual en
sí no es muy halagüeño. Si tenemos en cuenta
que en Colombia se debe tarifar, además del
riesgo de incendio y los riesgos inherentes a
incendio y ramos técnicos, el terremoto y el
terrorismo, éste en mayor o menor grado de
acuerdo con la situación de orden público, está
claro que la tasa es claramente insuficiente.
Hoy diría que se ha relajado un poco la cobertura
de terrorismo desde el punto de vista de precio y deducibles, y todo porque la situación ha mejorado
socialmente. La guerrilla está más diezmada
que hace cinco años, pero aún existe. No
es que el riesgo se haya eliminado, como ocurre
en otros países, sino que se ha alcanzado un
mayor control.
El negocio de los ramos de Vida y Salud en
MAPFRE RE Colombia constituyen una actividad
importante, ¿en qué entorno legislativo ha sido
favorable su desarrollo?
La situación en Colombia, antes de 1993, era la
de un modelo de Seguridad Social como obligación
de los empleados de contribuir a las pensiones,
a la atención sanitaria y a los llamados
riesgos de trabajo. Debían comprar ese seguro
obligatoriamente y cuando uno está obligado a
hacerlo y además hay un proveedor único, el
servicio es desastroso. Se juntan las dos peores
cosas: un monopolio por parte del proveedor y
una obligación por parte del comprador.
En el año 1993, el senador que fue ponente
de la Ley de Privatización de la Seguridad
Social, es hoy Presidente de la República,
Álvaro Uribe Vélez. Esta Ley fue un avance
muy importante en el aspecto de seguros y
sobre todo, en servicios. Con la Ley de Privatización
de la Seguridad Social se abren las
posibilidades y Colombia adopta un modelo
mixto. Chile, que fue el país más avanzado en
este sentido y con más historia en la privatización
de la Seguridad Social, optó por cesar
el Seguro Social del Estado y crear compañías
aseguradoras privadas.
En Colombia, el caso chileno tuvo mucha influencia
en la redacción de la Ley de Privatización de
la Seguridad Social y se decidió finalmente
diseñar un sistema mixto, es decir, el Seguro
Social continuó siendo un operador, aunque
surgieron otros competidores privados. Se crearon
fondos de pensiones de los principales grupos
financieros: Suramericana con su fondo de
pensiones llamado “Protección”, el Grupo Sarmiento
tiene “Porvenir”, y otras compañías que
han seguido iniciativas de este estilo son ING o
Skandia, por ejemplo. Y lo mismo sucede en
las otras dos áreas de la Seguridad Social, el
área de salud y el área de riesgos de trabajo.
En el área de salud, se instrumenta el Plan
Obligatorio de Salud (POS). Surameriana crea
“Susalud”, y surgen otras sociedades con el
mismo propósito como “Colmédica” y
“Colsanitas”, entre otras. La atención sanitaria
del POS hoy es de altísima calidad.
En el área de riesgos de trabajo, ¿también
fueron tan significativos los cambios?
Como concepto de servicio, las ARP (Administradoras
de Riesgos Profesionales) han sido una
revolución y como concepto volumen de primas,
también. Hasta julio de 2008 en el negocio asegurador
de ARP existían las compañías privadas de
ARP y el Seguro Social aparte. A partir de julio del
pasado año finalizó el Seguro Social en ARP, encargándose
sólo del negocio de pensiones. Esto
quiere decir que los negocios de salud y de ARP
pasan al mercado privado en su totalidad. Concretamente
el mercado de ARP que antes estaba a
cargo del Seguro Social (25% del mercado) se
transfiere a una compañía llamada La Positiva
(antigua Previsora Vida). En este contexto tan favorable,
Colmena, Suratep, Colpatria, Equidad, Liberty
y MAPFRE ya cuentan con su empresa ARP.
MAPFRE RE es reasegurador del ramo de ARP
y ha sido sumamente activa hasta llegar a ser
líder de reaseguro de Seguridad Social en Colombia.
Lo hacemos bien gracias al apoyo de la
Dirección Regional del ramo y al trabajo realizado
desde 1993. También MAPFRE RE tiene un papel
importante en el reaseguro de salud y pensiones.
¿En qué quieres ocupar tu tiempo libre una vez
dejes el mundo del reaseguro?
Considero que en Colombia existen pocas personas
privilegiadas que hayan tenido tantas posibilidades
como yo. Es un país donde aún queda mucho por
hacer en el campo de la mejora social y de la
educación. Me propongo trabajar a través de fundaciones
para devolver a mi país las oportunidades
que me ha dado y contribuir de esa manera a la
mejora general de esta sociedad. Por qué no a
través de Fundación MAPFRE, a la que tengo un
gran apego. Finalmente solo decir que es muy
gratificante llegar al principio de esta última etapa
de la vida con unas condiciones tan buenas: salud,
motivación y cariño.
Desde que se anunció la apertura del mercado brasileño de reaseguro hasta que fue una realidad, pasaron once años. Lo que suceda en los próximos depende mucho de los reaseguradores activos. Ya no hay que enseñar a los brasileños lo que es un contrato cuota aparte ni qué es una comisión, sino qué es el reaseguro internacional. Hay que transmitirles la idea de la diversidad que les ofrece el mercado reasegurador de opciones y de precios. Es un mercado con el que hay que asociarse. En Brasil ahora hay que fomentar ese concepto de socio, de partner de largo plazo con el reasegurador
Como reaseguradores, hay que digerir el tamaño de Brasil. Va a haber mucha competencia, porque no hay catástrofes tipo terremoto o huracán, y por otro lado las compañías no necesitan mucha capacidad de reaseguro, porque todas son compañías supremamente grandes a nivel latinoamericano. Se necesita fomentar la cultura de reaseguro, más que la información de reaseguro.
Dependerá por tanto de nuestra actitud activa, hemos de atender mucho al mercado brasileño ya que todas las compañías de reaseguro están presentes en Brasil y tienen equipos muy grandes y muy profesionales que visitan frecuentemente a las aseguradoras. Es sin duda un objetivo real para MAPFRE RE, estar al mismo nivel de sus competidoras.