El Capitán de Fragata Juan Antonio Aguilar Cavanillas, nacido en Madrid (España) en 1960, ingresó en la Escuela Naval Militar en 1980, recibiendo el Real Despacho de Alférez de Navío en 1985. Es Analista de Sistemas, Especialista en Hidrografía y Diplomado en Investigación Operativa por la Naval Postgraduate School de Monterey, California. Ha estado embarcado en la Corbeta DIANA, en el Buque Escuela JUAN SEBASTIÁN DE ELCANO y en el Buque Hidrográfico MALASPINA del que fue Segundo Comandante.
En tierra ha desempeñado destinos en el Centro de Programas Tácticos de la Flota, en el Gabinete de Investigación Militar Operativa de la Armada y en el Instituto Hidrográfico de la Marina. Ha sido Comandante de los Buques Hidrográficos POLLUX y MALASPINA. Actualmente desempeña el cargo de Comandante del Buque de Investigación Oceanográfica HESPÉRIDES desde el 18 de junio de 2009.
“En el Tratado Antártico se expresa la voluntad de que el continente helado continúe utilizándose exclusivamente para fines pacíficos” Pareciera que en nuestro planeta aun no hubiera nada por descubrir y que ningún acuerdo internacional es ya respetado. Sin embargo, la Antártida mantiene apresadas entre sus hielos y en las aguas que lo circundan, algunas claves para comprender el comportamiento de la Tierra y su previsible evolución. Es objeto además del Tratado Antártico que desde 1961 garantiza su neutralidad, la protección de su medio ambiente y de los recursos naturales que atesora. Pero para investigar en las zonas de hielos hay primero que llegar y después contar con un equipo humano e instrumental altamente sofisticado. Conoceremos cómo el buque español Hespérides permite llevar a cabo esta importante misión científica de carácter internacional, a través de las precisas explicaciones del Comandante Aguilar.
Habiéndose cumplido el 12 de marzo de
2010 los 20 años desde la botadura del BIO
Hespérides, nos preguntamos cómo surge
en España la idea de construir un buque
dedicado a la investigación oceanográfica
internacional. ¿Tiene algún significado especial
el nombre de “Hespérides”?
La idea de la construcción del buque Hespérides
surge en la II Semana de Estudios
del Mar celebrada en Cartagena (Murcia -
España) en noviembre de 1984 tras la firma
dos años antes por parte de España del Tratado
Antártico. Allí se debatió y concluyó la
conveniencia para España de disponer de un
buque oceanográfico con capacidad antártica
debida tanto a nuestra presencia allí con
la Base Juan Carlos I y el refugio Gabriel de
Castilla como por el interés de la comunidad
científica española.
Respecto al nombre es una alusión a la
mitología griega. Las Hespérides eran las
ninfas que guardaban el Árbol de la Ciencia,
que es además el logotipo del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
Las Hespérides eran las ninfas que guardaban el Árbol de la Ciencia, que es además el logotipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
¿Qué entidades financian sus actividades y
cuáles son las áreas de conocimiento que
aglutinan los proyectos de investigación?
La investigación científica que se realiza
en el Hespérides está fundamentalmente dirigida y financiada por el Plan Nacional
de I+D+i y la responsabilidad de la gestión
científica del buque, en cuanto a “Gran Infraestructura”,
es del Ministerio de Ciencia
e Innovación (MICINN) a través de la Comisión
de Coordinación y Seguimiento de
las Actividades de Buques Oceanográficos
(COCSABO). En esta Comisión intervienen
distintos organismos de otros Ministerios.
El apoyo logístico y personal técnico científico
necesario para la ejecución de las Campañas
es realizado por la Unidad de Tecnología
Marina (UTM) del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC). No hay
que olvidar, que tanto el buque como su dotación,
pertenecen a la Armada Española y
de ahí la presencia también del Ministerio
de Defensa.
El buque realiza una gran variedad de trabajos
englobados en las diferentes ramas
de investigación oceanográfica: Hidrografía, estudios de Biología, Geología, Sísmica, Física
Marina y Bioquímica, entre otros.
El buque realiza una gran variedad de trabajos englobados en las diferentes ramas de investigación oceanográfica: Hidrografía, Biología, Geología, Sísmica, Física Marina y Bioquímica
¿Qué trabajos científicos se pueden realizar
a bordo, de acuerdo con su equipamiento?
En el interior del Buque de Investigación
Oceanográfica (BIO) Hespérides se cuenta
con múltiples laboratorios que permiten
investigaciones en diversas disciplinas
científicas; entre ellos, dispone de un laboratorio
frío a -20ºC, de la denominada “Vía
Húmeda” con un circuito de distribución
continua de agua marina superficial y de un
laboratorio específicamente condicionado
para los trabajos con isótopos radioactivos
con capacidad para almacenar los residuos
generados.
Entre el equipamiento científico fijo a bordo
destacan dos Sondas Multihaz, una para
aguas profundas hasta 11.000 metros (EM-
120) y la otra para aguas someras hasta 600 metros, dos Sondas Monohaz, la EK-60 para
la cuantificación de la biomasa y la EA-600
para trabajos de batimetría hidrográfica, un
Perfilador Sísmico (TOPAS) que penetra los
sedimentos del fondo hasta 250 metros, un
Perfilador Doppler de corrientes marinas
(ADCP) y dos Compresores de Sísmica.
Uno de los equipos más utilizados es el
CTD-Roseta que se larga hasta los 6.000
metros de profundidad recogiendo muestras
de aguas en distintas cotas a la vez que
realiza normalmente mediciones de conductividad,
temperatura, turbidez y fluorometría.
También pueden ser embarcados en
contenedores de 10 y 20 pies otros equipos
entre los que destacan los destinados a las
Campañas de sísmica (cañones y streamers
o cables marinos). También se puede largar
radiómetros, redes de pesca, botellas,
corers (instrumental para la obtención de
muestras del fondo de hasta 10 metros de
longitud) y rastras para la obtención de
muestras tanto del fondo del mar como del
resto de la columna de agua.
Dispone además de una Estación Meteorológica
enlazada al Sistema TERASCAN para
la recepción y procesado total de datos en
tiempo real de los satélites de la serie NOAA
(National Oceanic and Atmospheric Admistration)
y diferentes grados de procesado de los
satélites GOES, GMS, METEOSAT, FY, DMSP,
ERS, SPOT y CZCS.
¿Cómo se hace el seguimiento desde tierra
de la ruta del BIO Hespérides y cómo se
realizan las comunicaciones?
El buque posee diversos sistemas de comunicaciones
satélite INMARSAT, SECOMSAT,
IRIDIUM y TERASCAN para la recepción y
procesado total de datos en tiempo real de
los satélites de la serie NOAA. De este modo,
se tiene cobertura con capacidad global incluso en grandes latitudes. Además, dispone
también de equipos de comunicaciones de
voz y datos por radio VHF, UHF y HF.
La navegación entre hielos requiere unos métodos de actuación y seguridad específicos en lugares donde la cartografía es pobre y a menudo, imprecisa
¿En qué consiste el apoyo logístico que realiza
el BIO Hespérides y su personal a las
bases antárticas españolas “Juan Carlos I”
en la Isla de Livingston y “Gabriel de Castilla”
en la Isla de Decepción?
En realidad, la tarea principal de apoyo logístico
de las bases antárticas es realizada
por otro buque de la Armada Española, el
BIO Las Palmas. Es éste el que está a cargo
del transporte de personal, agua, alimentos
y piezas de repuesto a las bases, así como
de la retirada de los residuos. No obstante,
es frecuente que el Hespérides preste
su ayuda a las bases españolas y a otras
de otros países, como por ejemplo con el
transporte de personal de relevo.
¿Quién diseña los protocolos de seguridad
en el BIO Hespérides? ¿Cuáles son especialmente
necesarios por la navegación en
aguas árticas y antárticas?
La navegación entre hielos requiere unos
métodos de actuación y seguridad específicos.
Además debemos tener en cuenta que
se trata de lugares donde la cartografía es
pobre y a menudo, imprecisa. Todo esto, sumado
a que el sistema de posicionamiento
GPS no es fiable a estas latitudes, obliga a
establecer unas medidas especiales en la
navegación. Los protocolos para la navegación
polar son redactados por el personal del
buque, están basados en la larga experiencia del Hespérides y son refrendados posteriormente
por la Armada. Además los oficiales
del Hespérides acuden a cursos específicos
en Chile y Argentina sobre navegación polar.
¿Cómo actúa la protección aseguradora en
caso de avería gruesa, remolque, colisión u
otras situaciones más complicadas?
En realidad el BIO Hespérides no está asegurado
por ninguna empresa como tal, por
ser un buque perteneciente a la Armada
Española. Es ésta quien gestiona todas las
acciones en caso de algún suceso extraordinario
de este tipo.
¿Qué cobertura sanitaria puede recibir el personal
a bordo en caso de necesidad? ¿Y si es
necesario el traslado a tierra o vuelta a España?
Durante las campañas siempre navega a
bordo un médico y un ATS. El barco dispone
de una enfermería para atención primaria y
una sala de rayos X. En caso de traslado a
tierra y repatriación es de nuevo la Armada
quien realiza todos los trámites. Si fuera
necesario una evacuación de urgencia
mediante helicóptero, se coordina con los
servicios de salvamento marítimo del país
correspondiente o incluso con sus marinas.
Hay que reseñar que todo el mundo debe
pasar un examen médico específico e indispensable
previo al embarque.
El personal de la Armada dispone de una
póliza de seguro colectivo subscrito por
el Ministerio de Defensa. El personal civil
embarcado también cuenta con su propia
póliza.
Coméntenos alguna situación difícil que se
haya vivido en el BIO Hespérides. ¿Es cierto
que tuvo que auxiliar a un buque turístico en
aguas de la Antártida en febrero de 2009?
Efectivamente, las inclemencias de la climatología
Antártica y las dificultades de la
navegación en áreas polares provocan en
ocasiones situaciones complicadas para los
buques que trabajan en la zona.
En febrero de 2009 recibimos una llamada
de auxilio de Salvamento Marítimo en
Ushuaia (sur de Patagonia Argentina). Un
barco de pasajeros había quedado encallado
en la costa de isla Audrey. Los vientos
catabáticos que bajaban de los glaciares
y la corriente de marea le imposibilitaban
salir de la varada. Al ser nosotros el barco
más cercano acudimos en su socorro.
Los buceadores del Hespérides reconocieron
el casco para evaluar la situación
y buscar posibles vías de agua o escapes
de combustible. Nos mantuvimos apoyando
al barco hasta que se pudo evacuar a los
pasajeros y más tarde, con la subida de la
marea y la mejora de las condiciones meteorológicas,
pudo salir.
¿Existen otros buques en el mundo dedicados
a la investigación oceanográfica que
les permitan el intercambio de científicos y
así compartir conocimiento y experiencias?
Ya solo en España se dispone de 18 buques
más que realizan labores oceanográficas. Algunos
dependientes del Instituto Español de
Oceanografía, otros del CSIC, de SEGEPESCA
y también del Instituto Hidrográfico de la Marina. Aunque es cierto que el Hespérides es
el de mayor entidad, mayor versatilidad multidisciplinaria
y el único con capacidad para
navegar en las aguas polares.
En el mundo existen grandes potencias en
el área de la investigación oceanográfica
que cuentan con una importante flota como
Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Canadá,
por ejemplo.
A bordo del Hespérides suele embarcar personal
científico de organismos extranjeros
fruto de la colaboración entre universidades.
Además, frecuentemente, cuando trabajamos
en aguas de otros países, embarcamos
un observador. El último año contamos con
la presencia de investigadores de Francia,
Reino Unido, Alemania, Portugal, Estados
Unidos, Brasil, Chile, Argentina y China.
El buque Hespérides es el de mayor entidad en España para la investigación oceanográfica, mayor versatilidad multidisciplinaria y el único con capacidad para navegar en las aguas polares
Se trata de un conjunto orgánico de normas jurídicas de nivel internacional. En él se reconoce la Antártida como lugar de interés de toda la humanidad y se expresa la voluntad de que continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional. Para complementar el Tratado Antártico se redactaron el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, La Convención para la Conservación de las Focas, La Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos y la Convención para la Reglamentación de las Actividades sobre Recursos Minerales Antárticos; y todo esto conforma el Sistema del Tratado Antártico.
El Tratado Antártico se creó en 1959, entrando en vigencia en 1961. En su comienzo fue firmado por los gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, la anterior URSS, el Reino Unido y los Estados Unidos de América. Posteriormente han sido más los países signatarios en dos categorías: Partes Consultivas (hasta un total de 28) y Partes Adherentes (19 países).
España firma el Tratado Antártico en 1982 y pasa a ser miembro consultivo en 1988. Como el resto de los miembros se compromete a la protección global del medio ambiente y los ecosistemas dependientes y asociados. Se compromete también a contribuir en el establecimiento de una base sólida para la continuación y el desarrollo de la cooperación internacional científica en la Antártida, fundada en la libertad de investigación. Para ello dispone de dos bases científicas, una gestionada por el Ministerio de Ciencia e Innovación a través del CSIC, que es la Base Antártica Española “Juan Carlos I”, situada en Isla Livingston, y la segunda base gestionada por el Ministerio de Defensa a través del Ejército de Tierra: es la Base Antártica Española “Gabriel de Castilla” y se encuentra en Isla Decepción. Para apoyar a estas bases, como ya se dijo anteriormente, contamos con el BIO Las Palmas como buque principal de apoyo logístico y el BIO Hespérides en caso necesario, también brinda su apoyo, teniendo en cuenta que su misión principal es la investigación oceanográfica en las aguas próximas al continente antártico.
Toda la tripulación es de nacionalidad española excepto un marinero de nacionalidad uruguaya y consta de Comandante, 10 oficiales, 10 suboficiales, 35 cabos y marineros, de los cuales 4 son mujeres.
Además el barco tiene capacidad para llevar 37 personas más entre personal técnico y científico.
Respecto a la gestión de residuos, el barco está preparado para cumplir los más rigurosos requisitos del Tratado Antártico. A bordo se realiza separación de residuos y se dispone de una trituradora, una incineradora y una compactadora para su almacenado hasta llegar a puerto. Además está dotado de una planta de tratamiento de aguas residuales. Podemos decir con orgullo que el BIO Hespérides es un “barco verde”.