Jesús Galeote Ferrero nació en Madrid el 7 de febrero de 1960. Se licenció en 1984 en Ciencias Económicas y Empresariales, especialidad de Análisis Econométrico y Economía Cuantitativa, en la Universidad Complutense de Madrid. Habla cuatro idiomas.
Comenzó su andadura profesional en MAPFRE, Servicios de Reaseguro, en octubre de 1985, entidad con la que contactó mediante un anuncio en el periódico. “Entré porque había que hacer la sustitución de una persona que trabajaba en el reaseguro facultativo. Me prepararon durante un mes y medio y, luego, a trabajar”, comenta. A partir de ese momento, su trayectoria iría ascendiendo peldaños; de asistente en suscripción de negocio facultativo en España, pasó a suscribir tratados no proporcionales en todo el mundo. En 1987, se creó MAPFRE XL, Compañía Internacional de Reaseguros, S.A. donde continuó con esa tarea, hasta que en 1990 se convierte en suscriptor de tratados no proporcionales para Estados Unidos, Asia, España y Portugal. En 1992 es nombrado subdirector del Departamento de Retrocesiones y Protecciones.
En 1994 se trasladó a Bruselas como Director técnico de CIAR, Compagnie Internationale d’Asssurance et Reassurance, entidad filial de MAPFRE. Europa fue su ámbito de actuación. En 1998, tras la concentración de las cuatro filiales de reaseguro de MAPFRE en una sola entidad, MAPFRE RE, Compañía de Reaseguros, fue nombrado director de suscripción de negocio proporcional No EPLA (Países distintos de España, Portugal y Latinoamérica). En 2002 recibió su responsabilidad actual: director de Área Geográfica, ámbito AAA (Asia, África, Australasia).
"La cartera de MAPFRE RE no ha cambiado" Toda una vida profesional dedicada al reaseguro en MAPFRE. Así de escueta puede llegar a ser la presentación de Jesús Galeote, que empezó a trabajar para el área de reaseguro de MAPFRE hace 25 años. Su trayectoria profesional es rica en matices y anécdotas, propia de una persona plenamente identificada con su trabajo como director responsable de AAA, siglas que resumen las áreas geográficas de Asia, África y Australasia. Conocimientos, experiencias y relaciones personales que contribuyen a impulsar el negocio de MAPFRE RE, una de las primeras 15 reaseguradoras del mundo.
Cuando llegó a MAPFRE, ¿existía inquietud
por el reaseguro?
Entré en 1985, cuando ya se había creado
MAPFRE Servicios de Reaseguro. En aquella
época éramos muy pocos y se hacía un
reaseguro muy básico, incluso negociado
por teléfono. Hacíamos facultativo prácticamente
sólo en España y empezábamos a
dar nuestros primeros pasos en contratos
de Europa y Latinoamérica. Eran tiempos
donde en España se reaseguraban hasta
las comunidades de propietarios. Las personas
que crearon MAPFRE Servicios de
Reaseguro venían del negocio de directo,
donde tenían mucha experiencia. Lo que
no se conocía, no se hacía. Durante muchos
años todo estuvo centrado en negocios de
No Vida; en Vida hemos empezado hace
relativamente poco.
Comenzó como suscriptor de facultativo para
luego pasar a reaseguro no proporcional hasta
1992. ¿Cómo influyó aquella experiencia en
su conocimiento de la técnica aseguradora y
en sus posteriores actividades profesionales?
Mi mejor activo era hablar inglés. Desde el
primer momento se me involucró en negocios
relacionados con países de habla no hispana.
Mi primer viaje de trabajo fue a Alemania. Allí
pasé un periodo de formación en la Bayerische
Rück y otro en el corredor Jauch & Hübener.
Intensificamos los negocios con Europa al trabajar
con brokers de reaseguro, de Londres, de
Copenhague, de Paris. Era imprescindible hablar
inglés. Luego empezamos a trabajar en EE.UU.
a través de corresponsales en Paris de los corredores
norteamericanos.
Hace 25 años el reaseguro se basaba en relaciones personales
Ya había una vocación de MAPFRE hacia
América Latina. ¿Qué hacían en materia de
reaseguro?
No estuve directamente implicado porque a mí
me asignaron mercados en los que se hablaba
otra lengua distinta al español. Pero, efectivamente,
MAPFRE RE empezó a abrir mercado
en América Latina. Entre otras cosas, porque
compartíamos un idioma y una historia. En aquella
época eran pocos los que se interesaban por
el reaseguro de aquellas latitudes. Mi intervención
duró muy poco tiempo. Fue el período en
el que finalizó el monopolio del reaseguro en
Argentina. MAPFRE RE contaba con una oficina
allí y se decidió potenciar la cartera. Pero tuvimos
que empezar casi de cero, por los programas
de automóviles. Cuando en 1987 se creó
MAPFRE XL se nos dejó de considerar servicios
de reaseguro para convertirnos en una empresa
independiente con otras responsabilidades.
Entre 1992 y 1994 ocupó el otro lado de la
mesa al trabajar para el departamento de
Protecciones y Retrocesiones. Sus interlocutores pasaron a ser brokers de reaseguro
y otros reaseguradores. ¿Cuáles fueron los
retos de aquella época?
La visión cambia en función de si eres reasegurador
o cedente, porque son distintos los objetivos
de unos y otros. Pero efectivamente, tienes
una visión distinta. Me fue muy útil para tratar
con otros reaseguradores, con brokers. Y además
fue una mala época, justo después del huracán
Andrew, el mayor siniestro que MAPFRE RE tuvo
que afrontar hasta ese momento.
¿El mercado internacional concedía credibilidad
a MAPFRE como reaseguradora?
Hace 25 años el reaseguro se basaba en relaciones
personales, empezando por las que
habían est a b lecido el Presidente
de MAPFRE en aquella época D.
Ignacio Hernando de Larramendi, y otros
importantes directivos como José Manuel
Martínez, actual Presidente, o Andrés Jiménez,
actualmente Vicepresidente, entre otros.
El negocio se producía sobre todo por la
confianza generada por el nombre MAPFRE.
El capital no era tan grande, ni se contaba
con experiencia prolongada. Es verdad que
MAPFRE RE era el único reasegurador español
internacional y se podría considerar
un tanto exótico. Pero se buscaron nuevas
metas y en 1989 se inauguró una oficina en
Londres para dar servicio al mercado.
¿Alguna anécdota personal?
Cuando fui a Bruselas me pidieron que me
encargase de Francia y ni siquiera hablaba
francés pues lo aprendí en Bruselas. Es por
eso que al principio, en mis visitas a Francia
no obtenía grandes resultados. Luego, al
dominar su idioma, sí. Visité muchas entidades
y también las pequeñas mutuas. Nunca
pretendimos ir más allá de nuestras posibilidades
y nos fue bien.
Si alguna vez ha habido que ser flexible, se ha hecho con respaldo técnico
¿Cómo resume su etapa de Bruselas?
Cuando llegué MAPFRE RE ya tenía el 51 por
ciento de CIAR, Compagnie International d’ Assurance
et Reassurance. El plan era que esa entidad
se convirtiera en la branch office para ciertos
mercados de Europa. Había que hacer una
transformación, porque aunque las normas de
suscripción eran similares, era una entidad
distinta y hacía el negocio de una forma que
no era necesariamente la de MAPFRE RE. Ahora
CIAR continúa, porque tenía una parte de
negocio directo, pero no está activa. Al principio,
las cosas no resultaron fáciles. Eso ha cambiado
totalmente.
MAPFRE RE tuvo la idea de impulsar los negocios
con reaseguradoras locales. En aquellos
años contábamos con Caja Reaseguradora
de Chile, Reaseguradora Hemisférica en Colombia,
CIAR en Bélgica y MAPFRE RE en
Madrid. Entonces fue cuando empezaron las
exigencias de calificaciones. MAPFRE RE decidió
que en vez de tener cuatro reaseguradoras
pequeñas podía ser una grande. Mi labor
en Bruselas consistió en eso, en hacer el
traspaso de lo que era CIAR para Europa a
MAPFRE RE. Cuando íbamos a negociar en
nombre de CIAR había que mencionar que
éramos parte del grupo MAPFRE, porque el
capital de CIAR era reducido. En ella participaban
compañías como Ecclesiastical, Vaudoise,
Cattolica, Shelter. A todas ellas se las invitó a
participar en el capital de MAPFRE RE y aceptaron.
Este proceso de concentración se produjo
en 1998.
¿Eso fue lo que les llevó a convertirse en
uno de los 50 primeros reaseguradores del
mundo de aquella época?
Eso y el cambio real que se produjo. Se intensificaron
las acciones en mercados tan
(entonces) lejanos como Japón o Australia.
Con el capital que teníamos y con los nuevos
ratings, nos convertimos en un reasegurador
a tener en cuenta.
Además de Europa y América Latina, ¿cuándo
empezaron a trabajar con EE.UU.?
Con EE.UU. se empezó a hacer negocio sobre
todo a partir de 1987, cuando se creó MAPFRE XL.
Se suscribía desde Madrid y a través de brokers
principalmente europeos. Luego se abrió la oficina
de New Jersey y se adquirió CHATHAM, una reaseguradora
que pertenecía al grupo Ecclesiastical.
Tenían licencia para trabajar en todos los Estados,
lo que la hacía más interesante, y así nació
MAPFRE Reinsurance Corporation (MRC), que era
MAPFRE RE en EE.UU. Aunque era un reasegurador
local, su capital no era tan elevado como el de
MAPFRE RE, por lo que posteriormente se optó
por tener una sola entidad y operar como
MAPFRE RE con un Trust Fund para EE.UU.
En la parte comercial inciden mucho las
relaciones…
Ha sido una labor dura, es decir, la penetración
en el mercado europeo ha llevado tiempo.
A mí me sirvió para aprender el trabajo del
comercial. Hay que tener la visión de cuánto
cuesta conseguirlo y del propio cliente como
unidad de negocio. Somos estrictos. Si alguna
vez ha habido que ser flexible, se ha hecho
con respaldo técnico.
Cuando regresa de Bélgica, su área geográfica
de responsabilidad es muy grande. ¿Cómo
ha dado continuidad a la labor realizada
por sus predecesores en MAPFRE RE, en
mercados tan lejanos como Japón, Filipinas,
Sureste asiático? ¿Qué le está pareciendo
la oportunidad de iniciar negocios en el mercado
chino?
En Oriente Medio y en Asia comenzamos a
operar a finales de los 80. De hecho, la oficina
de Manila se creó en 1987. Cuando me hice
cargo de esta área geográfica, MAPFRE RE
tenía una dimensión y posibilidades muy superiores
a las de los comienzos. Era toda una
MAPFRE con un buen capital y con un rating
satisfactorio. Había ido a Japón acompañando
a mis predecesores, que llevaban años visitando
aquel mercado. Aprendí mucho de ellos.
Cuando empecé a viajar solo, representaba a
un reasegurador serio pero con mayores niveles
de solvencia, lo que nos permitió tomar
participaciones más acordes con nuestras
capacidades. Se han abierto mercados y es
verdad que ha ayudado mucho el rating. Actualmente
MAPFRE RE cuenta con una calificación
AA por Standard & Poor’s y A+ por
AM Best, y se ha logrado mantener durante
los últimos siete u ocho años. A pesar de los
atentados del 11 de septiembre y lo que supuso
para la economía, la cartera de MAPFRE RE
no ha cambiado.
La penetración en el mercado europeo ha llevado tiempo
Pero el seguro y el reaseguro español ¿tienen
buena imagen en mercados como Japón,
Filipinas, China?
En lo que concierne a MAPFRE RE sí, pero
también el mercado español tiene interés
para ellos, particularmente instituciones como
el Consorcio de Compensación de Seguros
y Agroseguro.
China es un mercado con grandes riesgos
naturales. Hay terremotos, desastres climáticos
y tifones con cierta frecuencia.
Los terremotos que ha habido en China no
han supuesto hasta ahora un gran problema
para el reaseguro. Los riesgos de masa no se
cubren para terremoto y la penetración del seguro no es tan amplia. Cuando el público
adquiere seguros compra lo más básico, pero
no incluye la cobertura de terremoto porque
es muy cara. Sin embargo, la última nevada
importante sí tuvo un coste más alto, porque
ha afectado a empresas, a líneas de Transmisión
y Distribución (T&D Lines).
En las épocas de crisis, como la actual, el reaseguro representa una fuente de capital adicional y se tiende a utilizarlo más
La participación del reaseguro en el total
del seguro se reduce. En los últimos años
ha pasado de suponer el 10% del negocio
asegurador a aproximadamente un 5%. ¿Va
a continuar esa tendencia?
Bueno, es probable, pero eso no significa la
desaparición del reaseguro, porque siempre
habrá compañías de nueva creación. Todavía
quedan muchos mercados. En las épocas de
crisis, como la actual, el reaseguro representa
una fuente de capital adicional y se tiende
a utilizarlo más.
Con los cambios horarios, ¿cómo se instrumenta
la operativa de trabajo con las oficinas
de representación de MAPFRE RE?
En nuestro área tenemos oficinas en Manila,
Pekín y Atenas. Estoy en contacto con las
oficinas a primera hora de la mañana, sobre
todo. La mayoría de mis colegas, que se encargan
de América Latina, lo hacen por la
tarde.
Su paso por Bruselas coincidió básicamente
con la incorporación de España a la UE y la
construcción europea, ¿qué supuso para Vd.?
Fue un periodo muy enriquecedor. Profesionalmente
me sirvió de mucho. Me permitió conocer mejor
los mercados europeos, cosa que desde Madrid se
podía hacer, pero sobre el papel. Visitarlos me
aportó mucho, al igual que participar en los grandes
encuentros: Rendez Vous de Montecarlo, Baden
Baden, etcétera. Me permitió involucrarme en la
gestión comercial. Hasta entonces, debido a mi
formación, siempre había sido técnico, suscriptor.
Lo que me gustaba era analizar los negocios y
manejar los números. En la parte comercial nunca
estuve muy directamente involucrado, salvo cuando
pasé por el departamento de retrocesiones, que
había que tratar con reaseguradores y brokers.
¿Hay algo qué le atraiga profesionalmente?
¿Qué le gustaría investigar?
Siempre estás aprendiendo. Siempre digo
que tuve suerte cuando entré en MAPFRE
Reaseguro y pude ser parte de la creación
de MAPFRE XL, cuando éramos tan sólo
cuatro o cinco personas y que tanto contribuyó
a la MAPFRE RE actual. He pasado por
todas las áreas: facultativo, reaseguro XL,
reaseguro cedido, proporcional, mercados,
ahora otros mercados. Estuve en la parte
técnica como director técnico de toda la
parte no comercial, o sea que soy un privilegiado
por tener una visión global de lo
que es el reaseguro. ¿Qué me gustaría hacer?
Cualquier nuevo reto me interesa inmediatamente.