“Llevo toda mi trayectoria profesional, que abarca casi cuarenta años, trabajando en el sector del seguro. En 1982 ingresé en la compañía de reaseguro Munich Re en Melbourne (Australia), donde ejercí como suscriptor de reaseguro facultativo hasta 1998. Pasé luego a trabajar para Catholic Church Insurances (que era uno de mis clientes de reaseguro) y allí fui responsable de suscripción, siniestros, reaseguros y gestión de riesgos para ser nombrado gerente en 1999. Hace dos años asumí el nuevo cargo de director general (CEO). Asimismo, soy responsable de una empresa de inversiones que gestiona algunos de los fondos de la Iglesia y administra un fondo de jubilación y pensiones para alrededor de 75.000 empleados que trabajan en el seno de la Iglesia Católica, principalmente en los campos de la educación y la sanidad. Estoy casado y tengo cuatro hijos adultos. Mis principales aficiones son la práctica del motociclismo y la jardinería”.
“Somos una parte de la comunidad Católica que gestiona sus seguros y necesidades” Más que una compañía de seguros cuyos clientes son las diversas entidades de la Iglesia Católica de Australia, en Catholic Chuch Insurances consideran que la compañía es, ante todo, una parte de la comunidad católica que gestiona sus seguros y las necesidades relacionadas. A través de la entrevista realizada a su Director General, Peter Rush, conoceremos no solo la filosofía de la empresa y su misión, sino también sus productos especialmente adaptados a las necesidades de las diversas entidades de la Iglesia Católica, los servicios de gerencia de riesgos que prestan y la forma más segura de organizar la visita de un Papa.
¿Cuándo nació Catholic Church Insurances Ltd
y cuál era su negocio principal en los inicios?
¿Siguió el modelo de alguna compañía de seguros
de otra parte del mundo?
Catholic Church Insurances se constituyó
en 1911, por lo que lleva operando casi cien
años y lo que la convierte en una de las compañías
de seguros más antiguas de Australia.
Partiendo de unos orígenes humildes
como aseguradora de incendio solamente
para la Iglesia, Catholic Church Insurances
ha llegado a ser un proveedor de una amplia
gama de productos de seguro, servicios de
gestión de inversiones y de administración
de fondos de jubilación y pensiones. Fue
fundada por un reducido número de obispos
australianos que comprendieron la necesidad
de que la Iglesia tuviese su compañía
de seguros propia, y actualmente asegura la
mayoría de los activos y pasivos eclesiásticos
en Australia (el 85%, aproximadamente).
Catholic Church Insurances es propiedad al
100% de las diócesis y de muchas de las congregaciones
religiosas de la Iglesia Católica
de Australia. Es una de las dos o tres compañías
de seguros propiedad de la Iglesia Católica
que hay en todo el mundo.
La compañía funciona como una mutualidad en la que, tras deducir los gastos, pagos de siniestros y necesidades de capital, todos los superávits se devuelven para apoyar la misión de la Iglesia. Nuestros ingresos anuales por primas rondan los 190 millones de dólares australianos (AUD1), unos 145 millones de EUR, pero en años normales la compañía es capaz de devolver una considerable cantidad de dinero a sus accionistas y asegurados a través de rendimientos financieros. En los últimos 31 años, hemos devuelto más de 196 millones de AUD (150 millones de EUR) para promover las obras de nuestra Iglesia.
¿Cuáles son los productos de seguro que su compañía
ofrece a las parroquias? ¿Cuál es la principal
causa de los siniestros de incendio? ¿Están
equipadas las iglesias con aire acondicionado,
calefacción, bocas de incendio y alarmas?
Catholic Church Insurances ofrece seguros de
daños, RC y accidentes del trabajo (o seguros
de RC empresas) a parroquias, escuelas y organizaciones
sanitarias y benéficas católicas
dirigidas por las diversas diócesis o congregaciones
religiosas. Aparte de estas clases
principales de seguros, que representan más
del 90% de nuestros ingresos, ofrecemos toda
la gama de los productos de seguro que están
disponibles normalmente en el mercado.
Cada año, la compañía paga un gran número
de siniestros por daños materiales y pérdidas
de activos a consecuencia de incendios. Las
principales causas de los siniestros de incendio
son las velas que se dejan encendidas sin
vigilancia, cortocircuitos eléctricos y fuegos
provocados intencionadamente. Si bien en los
colegios de Australia los incendios provocados
presentan una incidencia elevada, tenemos la
suerte de que la mayoría de tales siniestros
ocurren en escuelas no católicas, gracias a la
mejor protección contra este riesgo que hay
en las escuelas de nuestra Iglesia. En la última
década sufrimos el siniestro total de dos
catedrales, una por un incendio provocado y
la segunda a consecuencia de un tornado que
ocasionó tales daños estructurales, por lo que
hubo que derribar el edificio. Este tipo de siniestro
es poco frecuente en Australia.
Vidriera de la Catedral de San Patricio, Melbourne
Los siniestros de incendio se originan por velas que se dejan encendidas sin vigilancia, cortocircuitos eléctricos y fuegos provocados intencionadamente
Las instalaciones de cada iglesia varían considerablemente y dependen de diversos factores, sobre todo la edad, el tamaño y la arquitectura. Según nuestra experiencia, las iglesias rara vez están equipadas con aire acondicionado o sistemas de rociadores automáticos contra incendios, pero la calefacción es habitual, principalmente mediante gas natural. Naturalmente, hay que recordar que nuestras iglesias no son “antiguas” según criterios europeos. Australia fue colonizada por europeos hace solo algo más de 200 años, así que una iglesia “antigua” en Australia se construyó hace sólo unos 150 años. Las alarmas tampoco son frecuentes en las iglesias australianas. No obstante, Catholic Church Insurances está financiando actualmente la instalación de modernos sistemas VESDA (Very Early Smoke Detection Apparatus, aparatos de detección muy temprana de humo) en todas las catedrales y principales iglesias de Australia. Este programa implica la puesta en marcha de dichos equipos en más de 35 edificios con un coste de muchos millones de AUD y un plazo de más de cinco años para concluirlo. Todo ello forma parte de un proyecto nacional que tiene por objeto ofrecer una mejor protección física a las numerosas catedrales relevantes de la Iglesia que son patrimonio de la comunidad católica.
Catholic Church Insurances está financiando la instalación de modernos sistemas de detección temprana de humo en todas las catedrales y principales iglesias de Australia
Australia es un continente que sufre la amenaza
de catástrofes naturales diversas como
terremotos, así como los incendios provocados
por los terremotos y ciclones tropicales.
¿Existen modelos específicos de riesgos catastróficos
para calcular las pérdidas que tales
eventos supondrían para su cartera?
Lamentablemente, Australia es propensa a
gran número de eventos catastróficos, especialmente
incendios forestales y daños por tormentas.
Aunque el sector sufrió pérdidas significativas
por terremoto en 1989, un siniestro
de esa clase es raro.
Nuestra propia cartera no ha sufrido históricamente muchas pérdidas catastróficas significativas debido a la dispersión geográfica de los activos asegurados, el valor relativamente bajo de las estructuras propiedad de la Iglesia situadas fuera de las grandes ciudades y el hecho de que muchos de los edificios eclesiásticos están construidos en zonas elevadas, lo que les confiere una protección natural contra inundaciones y daños por agua.
Catholic Church Insurances no utiliza modelos específicos de riesgos catastróficos para calcular las pérdidas producidas por un evento de esa índole, pero empleamos una modelización de catástrofes para estimar la pérdida máxima probable y, por tanto, para indicar el nivel de cobertura catastrófica que requerimos. Dicha modelización se basa en miles de eventos catastróficos simulados. Para poder hacer una comparación con las pérdidas reales necesitaríamos encontrar un desastre simulado que se ajustase exactamente a las características del evento en cuestión, lo que sería bastante difícil. Proporcionamos los datos de suscripción a nuestro corredor de reaseguros, Aon Benfield, el cual lleva a cabo el ejercicio de modelización empleando el software RMS (Risk Management Services) para la exposición a terremotos y ciclones, e Impact Forecasting (pronóstico de efectos, un software de Aon) para todos los demás peligros naturales, como incendio forestal, inundación, tormenta y granizo.
Se analizan los supuestos y los resultados, y se hace una recomendación sobre el nivel de protección catastrófica requerida empleando un periodo de recurrencia de 300 años, lo que supera el mínimo exigido por las autoridades reguladoras del sector, la Australian Prudential Regulation Authority (APRA). Tenemos un gran volumen de datos sobre nuestros riesgos asegurados, ya que estamos en contacto constante con nuestros clientes y ello nos permite ofrecer una información precisa, detallada y actualizada.
Australia fue colonizada por europeos hace algo más de 200 años, así que una iglesia “antigua” en Australia se construyó hace sólo unos 150 años
Australia es un país joven y también lo son sus
edificios. ¿Cree usted que las iglesias son más
resistentes a estos peligros naturales que,
por ejemplo, las del Reino Unido?
Como nuestra experiencia se basa en el mercado
australiano, es difícil realizar una comparación
objetiva de los edificios de Australia
con los del Reino Unido y no hemos hecho un
estudio para analizarlo. No obstante, dado que
nuestros métodos iniciales de construcción se
basaban en los de Inglaterra en aquellos tiempos,
es probable que no existan diferencias
significativas en cuanto a la resistencia a los
daños en los dos países.
A diferencia de Europa, la mayoría de los edificios de Australia tienen una edad inferior a un siglo y nuestras estructuras “muy antiguas” sólo tienen 150 años, lo que las hace modernas según parámetros mundiales. Abarcan desde edificios tradicionales de época temprana, normalmente construidos en rocas locales, como basalto, caliza o arenisca, hasta edificios más contemporáneos, generalmente de ladrillo. Siempre que ha sido posible, las iglesias católicas se han erigido en terrenos elevados, lo que reduce el riesgo de daños por inundación y además se han diseñado teniendo en cuenta las amenazas naturales predominantes. La experiencia nos enseña que, si bien la situación de las iglesias en zonas elevadas reduce el riesgo de inundación, puede aumentar el peligro de daños causados por vientos y tormentas, y ya hemos sufrido algunos grandes siniestros de este tipo.
¿Existe algún foro internacional donde se puedan
intercambiar opiniones técnicas sobre el
seguro de esta clase muy especial de riesgos?
¿Reciben las parroquias algún tipo de recomendaciones
del Vaticano a la hora de adquirir
productos de seguro específicos y sobre todo,
para proteger el patrimonio artístico?
No tenemos conocimiento de ningún foro internacional
y no participamos en ningún grupo
de esa índole. Sin embargo, a veces visitamos
a aseguradores eclesiásticos similares de otras
partes del mundo para hablar de asuntos de interés
mutuo y esas relaciones nos han permitido
comparar sus carteras con la nuestra y obtener
información acerca de cuestiones de interés
semejantes, especialmente grandes eventos
siniestrales y temas de gestión de riesgos.
El Vaticano no ofrece asistencia en este ámbito a nivel mundial. Por regla general, cada diócesis y cada congregación religiosa es independiente y, por tanto, dirige sus propios asuntos en cuestiones como el seguro. En ocasiones, buscamos el asesoramiento de nuestros reaseguradores para que nos aconsejen sobre la gestión de riesgos, de acuerdo con su experiencia y sus conocimientos de ámbito internacional.
La adquisición de productos y coberturas de seguro se decide a nivel local, y los propietarios de obras de arte dentro de una diócesis o parroquia son los responsables de obtener el nivel de seguro adecuado. Catholic Church Insurances está en condiciones de ayudar a las diócesis con la selección del programa de seguro y el nivel de cobertura más idóneo. Naturalmente, nosotros adquirimos una protección de reaseguro relevante para riesgos específicos, tales como elevadas sumas aseguradas o edificios catalogados como patrimonio histórico-artístico.
Catholic Church Insurances desempeña también
un importante papel con sus clientes, ofreciéndoles
programas de gestión de riesgos hechos a
su medida. ¿Cómo está organizada la compañía
internamente para cumplir este objetivo?
Tenemos unos treinta empleados que visitan a
nuestros clientes con regularidad para revisar
sus necesidades de seguro y ayudarles con las
cuestiones de la póliza y las reclamaciones.
Estos miembros de la plantilla de personal son
los principales contactos con nuestros clientes
y a través de ellos se coordinan los servicios de
gestión de riesgos. Ellos hacen la presentación
entre el cliente, que suele ser un directivo de
una archidiócesis, diócesis o congregación, y
uno de nuestros asesores de riesgos, el cual
le expone la gama de servicios disponibles y
colabora con el directivo del cliente para determinar
qué necesidad de gestión de riesgos
existe y cómo se puede prestar ese servicio del
mejor modo posible.
Si bien la situación de las iglesias en zonas elevadas reduce el riesgo de inundación, puede aumentar el peligro de daños causados por vientos y tormentas, y ya hemos sufrido algunos grandes siniestros de este tipo
Este servicio en concreto está experimentando cambios importantes dentro de nuestra compañía. Tradicionalmente, prestábamos servicios de gestión de riesgos a cada parroquia o escuela, pero ahora nos centramos en hacerlo a nivel diocesano, de manera que se prestan servicios mejores y más homogéneos a un nivel más elevado, que luego se transmiten hacia la estructura de parroquias y escuelas individuales.
Nuestros asesores de riesgos son responsables de la prestación de dichos servicios de un modo coordinado y sistemático, así como de informar de todas las actividades de gestión de riesgos al directivo diocesano.
Catedral de San Patricio, Melbourne
Hemos oído que Catholic Church Insurances se
ocupó de toda la cobertura de seguros del último
viaje del Papa a Australia. ¿Cuáles fueron los diferentes
aspectos, actividades y coberturas?
En julio de 2008, la Iglesia australiana tuvo
el honor de ser elegida como anfitriona de la
Jornada Mundial de la Juventud, cuyo acto
cumbre fue, naturalmente, una visita de Su
Santidad, el Papa Benedicto XVI. Este magno
acontecimiento supuso para nosotros muchos
desafíos y oportunidades.
Catholic Church Insurances proporcionó cobertura para los principales actos y objetos, entre ellos el Viaje de la Cruz, la imagen de la Santísima Virgen María y el bastón del mensaje indígena, que atrajeron a unos 70.000 peregrinos internacionales. La llegada del Santo Padre al puerto de Sydney congregó a una multitud de 500.000 personas, alineadas a lo largo de la ribera para verlo y asistir a la misa de bienvenida. En los siguientes días de esa semana, se recreó el drama de las Estaciones del Via Crucis, escenificado en seis entornos diferentes alrededor de la ciudad de Sydney. Otros retos fueron las trescientas sesiones de catequesis celebradas en locales repartidos por toda la ciudad y los programas de residencia en casas particulares para alojar a los muchos peregrinos en diócesis de toda Australia, antes de que coincidieran en Sydney para los actos principales.
La culminación de la semana la constituyó la misa final, concelebrada por Su Santidad y el arzobispo de Sydney, el cardenal George Pell, a la que asistieron más de 500.000 personas y que fue retransmitida por televisión a todo el mundo. Además de hacerse cargo de todas las necesidades del seguro, Catholic Church Insurances donó unos 10 millones de AUD (7,6 millones de EUR) en apoyo de la celebración y participó intensamente en la organización de numerosas actividades, tanto a nivel de las diócesis como de las congregaciones.
La celebración de la próxima Jornada Mundial de la Juventud tendrá lugar en Madrid en 2011, por lo que transmitimos nuestros mejores deseos a los habitantes y visitantes de dicha ciudad en esas fechas especiales
Entre las coberturas de seguro concretas que proporcionamos, cabe mencionar:
La celebración de la próxima Jornada Mundial
de la Juventud tendrá lugar en Madrid en 2011.
Transmitimos nuestros mejores deseos a los
habitantes y visitantes de dicha ciudad en esas
fechas especiales.
Creemos que Catholic Church Insurances es una compañía única en el sector del seguro australiano. No existe ningún otro asegurador que reparta su superávit anualmente entre los tomadores de las pólizas del mismo modo que nosotros. Cada asegurado eclesiástico recibe una parte de dicho superávit. La compañía actúa más bien como una mutualidad, aunque está regulada de igual forma que cualquier otro asegurador. Este principio de reparto constituye la base de un fuerte sentido de comunidad entre nosotros y nuestros clientes eclesiásticos, y nos consolida como un miembro valorado de la familia de la Iglesia Católica de Australia.
La compañía trata verdaderamente de ayudar a la Iglesia en todos los asuntos en los que podemos contribuir, y no sólo en el seguro y los servicios financieros. Al hacerlo así, los titulares de nuestras iglesias reconocen la importancia de que la compañía gestione sus seguros y las necesidades con ellos relacionadas.
Tenemos una fuerte cultura empresarial basada en valores católicos, pero que reconoce que formamos una comunidad diversa. Esta cultura fundamenta no sólo lo que hacemos, sino, lo que es más importante, el modo cómo desempeñamos nuestras funciones operativas cotidianas. Asimismo, se refleja en nuestra filosofía de siniestros, en nuestra política de suscripción de aceptar todos los riesgos de la Iglesia y en nuestras relaciones con los miembros de la comunidad eclesiástica.
Más que vernos a nosotros mismos como una compañía de seguros cuyos clientes son las diversas entidades de la Iglesia Católica de Australia, consideramos que la compañía es, ante todo, una parte de la comunidad católica que gestiona sus seguros y las necesidades relacionadas. Es una distinción sutil, pero sustancial.
Aunque se podría clasificar a Catholic Church
Insurances como un “suscriptor especializado
o de nicho de mercado”, estamos en condiciones
de proporcionar todo el abanico de pólizas
de seguro disponibles en el mercado asegurador
general, lo que se traduce en un gran
número de productos de seguro. Sin embargo,
más del 90% de nuestros ingresos por primas
procede de los ramos de daños (incendio y
riesgos conexos), RC pública y accidentes del
trabajo. Entre nuestra gama completa de productos
para escuelas figuran:
Naturalmente, la mayoría de estas pólizas se adaptan para ajustarse a las necesidades de las diversas entidades de la Iglesia Católica, y no sólo a las de las escuelas.
1Tasa de cambio 1,41 AUD = 1 EUR