Vicente Díaz, Susana Sanz. Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles. Universidad Carlos III de Madrid
Existe una gran interdependencia
entre muchos de los fenómenos
climáticos que pueden ser causa de
desastres naturales. La mayor parte
de estos fenómenos no se pueden
evitar, pero lo que si se puede hacer
es mitigar las catástrofes a las que
dan lugar.
En el presente artículo se enumeran
los medios principales que el sector
del automóvil, aplica en la actualidad
para reducir en la medida de lo posible
las emisiones de CO2 a la atmósfera,
aminorando con ello la disminución
de la capa de ozono.
El clima está gobernado, principalmente, por la radiación de onda corta procedente del Sol, única fuente significativa de energía. Esta energía es capturada, en parte, por la superficie terrestre y el resto es reflejado hacia el exterior por los componentes atmosféricos o la propia superficie.
Para establecer un equilibrio energético, la Tierra debe emitir tanta energía como la que absorbe del Sol. Así como la atmósfera es en gran parte, transparente -no absorbe- a la radiación solar, la radiación emitida al espacio por la superficie terrestre es de onda larga, que sí es absorbida y emitida a su vez por los componentes atmosféricos.
Este fenómeno, llamado efecto invernadero natural, provoca un calentamiento de la atmósfera en sus capas bajas, comúnmente gases de efecto invernadero que son componentes naturales de la atmósfera. Este efecto invernadero es un fenómeno natural y gracias a él es posible la vida en la Tierra tal como hoy la conocemos.
Los científicos reconocen tres procesos como los principales causantes de las modificaciones del balance energético que se establece en el sistema climático:
Cualquiera de estos procesos, de forma individual o conjunta, provoca una alteración en el balance de radiación.
El problema de la detección de los cambios surge al estar superpuestos a la variabilidad natural del clima, lo que los enmascara parcialmente.
El Grupo Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC) confirma, en el III informe de evaluación, que a lo largo del siglo pasado, la temperatura media global en la superficie ha aumentado, atribuyéndose por primera vez, a las actividades humanas.
Los cambios en el clima derivados de la actividad humana son debidos a la intensificación del efecto invernadero natural, al aumentar la concentración atmosférica de los gases radiactivamente activos y provocar lo que se conoce como un forzamiento radiativo.
Si nos centramos en el análisis del CO2, el gas con mayor influencia en las causas del cambio climático, se comprueba que una molécula de este gas -una vez emitida- permanece en la atmósfera alrededor de cuatro años por término medio antes de ser captada por un reservorio; aunque la Tierra en su conjunto necesita más de cien años para adaptarse a la alteración de sus emisiones y estabilizar de nuevo su concentración atmosférica. En consecuencia, si a día de hoy se lograran estabilizar las emisiones mundiales de CO2, su concentración atmosférica seguiría aumentado a lo largo de casi dos siglos.
La respuesta internacional ante el reto del cambio climático se ha materializado en dos instrumentos jurídicos, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, que desarrolla y dota de contenido concreto las prescripciones genéricas de la Convención. Ésta tiene como objetivo último lograr la estabilización de la concentración atmosférica de los gases de efecto invernadero con el fin de prevenir perturbaciones peligrosas de origen antrópico en el sistema climático. El Protocolo de Kioto -adoptado en 1997- establece por primera vez, objetivos de reducción de emisiones netas de estos gases para los países desarrollados o con economías en transición.
En el sector del automóvil el gas más vigilado de los regidos por el protocolo de Kioto, es el CO2. Esto es debido a que este gas se produce por la combustión de los motores de propulsión.
En España, el sector transporte es el que presenta un mayor consumo, sumando un 42 % de la energía final consumida en el país. Este sector es, asimismo responsable de más del 60 % del petróleo consumido y de un 30 % de las emisiones totales de CO2. De ahí la importancia de adoptar un estilo de conducción económica, ecológica y segura.
A lo largo de los últimos años, la enorme evolución acontecida en la tecnología de los vehículos no se ha visto acompañada de la correspondiente evolución en la forma de conducir los mismos.
En España, El IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía), actualmente se encuentra implementando y difundiendo las técnicas de la conducción eficiente para vehículos turismos en España a través de dos vías:
La conducción eficiente es un nuevo estilo de conducción basado en una serie de nuevas y sencillas técnicas, cuya aplicación (en vehículos de inyección) conlleva:
Todo ello sin aumentar el tiempo en el desplazamiento.
Actualmente las soluciones para el medio ambiente en el ámbito de la movilidad se concretan actualmente en tres tecnologías básicas que cumplen con la necesidad de reducir las emisiones a la atmósfera del transporte terrestre.
Vehículos Híbridos
Estos vehículos incorporan dos motores que
combinan combustible fósil y electricidad.
Constituyen una de las innovaciones de transición
hacia los verdaderos vehículos sostenibles.
Una propuesta ingeniosa para aquellas personas
que quieren todas las prestaciones de
un vehículo de gama alta y minimizar el consumo
y la contaminación.
Vehículos Eléctricos
En los vehículos eléctricos el combustible lo
proporciona la electricidad almacenada en
forma de energía química en baterías, no
liberan emisiones y tienen un gran rendimiento.
Sin embargo, su autonomía es reducida.
Por ello su diseño principal se ha pensado
para vehículos urbanos y la mayoría de los
diseños son de capacidad reducida.
Vehículos de hidrógeno
El alma del vehículo de hidrógeno es la pila
de combustible que extrae los electrones
del hidrógeno para convertirlos en electricidad.
Actualmente, las pilas de combustible
han conseguido un buen nivel de eficiencia
y compacidad. Permite alcanzar las velocidades
modernas.
Otras tecnologías: Vehículos con motor de
aire comprimido
Este tipo de vehículo, actualmente en una
fase muy avanzada de desarrollo, funciona
con un motor cuyo combustible es el aire
comprimido que almacena en unos depósitos
que lleva.
El poder energético del aire comprimido está
en proporción cuadrática a la presión, por lo
que aumentar la potencia y autonomía exige un diseño aerodinámico, mínimo peso y alto
rendimiento en la rodadura.
La fuerza propulsora se obtiene de la expansión
del aire comprimido introducido en
una cámara cerrada (el cilindro) el cual
impulsa los pistones que crean el tiempo
del motor.
Además de la electricidad, el hidrógeno y el aire comprimido existen motores de combustión que permiten combustibles alternativos como el etanol, el biodiesel o el gas natural.
Realmente no pueden considerarse como vehículos no contaminantes de emisión cero, especialmente los que funcionan con biocombustibles preparados con materias vegetales, que debemos considerarlos como vehículos sostenibles. Algunos fabricantes han adaptado modelos para poder funcionar con el etanol y biodiesel. En Alemania, la firma Elsbett modifica los motores diesel para que pueden funcionar con cualquier aceite vegetal.
Como es bien sabido por todos la energía necesaria para que un vehículo automóvil de masa “m” alcance una velocidad V (km/h) es:
E=0,5*m*V2
Si consideramos que no queremos prescindir de una circulación a cierta velocidad la única manera que se tiene para que la energía sea menor, y por tanto también lo será el consumo energético es que la masa m del vehículo sea lo mas reducida posible.
Diferentes metodologías de fabricación se aplican para obtener carrocerías de los vehículos automóviles cada vez más ligeras: nuevos tipos de soldadura y espesores de chapa cada vez más pequeños, por ejemplo.
Otra posibilidad es emplear materiales cada vez más ligeros (fibra de vidrio, materiales compuestos esencialmente).
De manera muy resumida, tras una breve introducción a la explicación del porqué del cambio climático, se han enumerado las diferentes estrategias que en la actualidad aplica el sector del automóvil para resolver la problemática de las emisiones excesivas de dióxido de carbono. Todas ellas van encaminadas a resolverse en un futuro próximo.
Puede concluirse que el sector del automóvil está desde hace ya muchos años apostando por tecnologías cada vez más limpias y está invirtiendo muchos recursos tecnológicos en aminorar esta problemática. No debemos abandonar la idea que todos somos parte del sector del automóvil pues todos, o la gran mayoría de nosotros, somos conductores y por tanto emisores indirectos de CO2.